Cuando comenzaron los Juicios a las Juntas Mariano Llinás  tenía apenas diez años. Sin embargo, tiene un recuerdo muy claro de su padre escuchando el avance del proceso en la radio. El destino, la preparación y la suerte se encontraron para que 37 años después sea coguionista de “Argentina, 1985”.

A poco más de un mes del estreno, la película sigue dando que hablar, abriendo debates acerca de la versión que se exhibe sobre el acontecimiento histórico y el alcance que tuvo para todos los sectores de la sociedad.

Desde el periodista Ceferino Reato hasta el propio Ricardo Gil Lavedra, que integró el tribunal que llevó adelante el juicio, se manifestaron al respecto. Llinás cree que esto es comprensible e inherente al cine y la ficción. “Es una película en donde aparece él (Gil Lavedra) ¿Cómo no va a ser algo raro? Obviamente no se va a ajustar a la percepción que él tiene y eso es algo lógico”, comenta.

La cuestión no es solamente con los hechos reales sino las implicancias que tiene para todo el público, que siempre tiene algo para decir o para objetar. El guionista cree que en éste tipo de películas uno puede optar por llevar adelante una versión posible de la historia, tratando de ser lo más convincente posible o intimidarse, sin querer ofender a nadie: “Nosotros creo que nos jugamos por lo primero e hicimos la película”.

Llinás escribió el guión junto al director de la película Santiago Mitre, con quien trabajó en otros guiones como “Leonera”(2008), “Carancho” (2010) y “La cordillera” (2017).

Admite que fue uno de los guiones más largos de escribir. El trabajo fue duro y conmovedor. Además de ver las doce horas de testimonio recopiladas, se entrevistaron con todos los personajes principales de la película y especialmente con Judith König. König tenía 20 años cuando fue convocada por Luis Moreno Ocampo para formar parte del equipo de la fiscalía de Julio Strassera. “Cuando veíamos ese material sentíamos que la película no se podía hacer. Cualquier sensación de recorte parecía una injusticia y casi una herejía”, admite.

Reconoce que en la evolución del trabajo, se inspiraron en el cine americano de las décadas del 30 y 40, una época clásica del séptimo arte que abordó acontecimientos reales o históricos: “Una mezcla entre los momentos duros y los momentos trabajados como comedia. Sobre todo tiene una gran maestria en que la comedia no sea un momento tonto, es decir que la comedia no alivie”.

La dupla Mitre - Llinás se complementa bien. “Yo tengo un defecto como guionista y es que me gusta mucho escribir pero soy poco de corregir. Mitre es todo lo contrario. Es muy riguroso y me obliga a seguir trabajando”, revela.

La película ya alcanzó un millón de espectadores en todo el país y se posiciona como una firme candidata para ser nominada al Oscar. Ante la posibilidad de que gane como mejor película extranjera, Llinás prefiere no aferrarse a los presagios. “Anulemos mufa. Los disparates del destino son infinitos”, sentencia.